LOS BENEFICIOS DE DEJAR EL CIGARRILLO
Dejar de fumar genera beneficios importantes para nuestra salud y la de los que nos rodean. No importa la cantidad de cigarrillos fumados diariamente, ni la edad, siempre es un buen momento para dejar de fumar.
Algunas mejoras en la salud son inmediatas:
A los 20 minutos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca regresan a sus niveles normales.
A las 8 horas, la respiración es más profunda y hay una mejor oxigenación pulmonar.
A partir de las 48 horas, se normalizan los sentidos del gusto y el olfato.
A las 72 horas, se normaliza la función respiratoria.
Otras se dan progresivamente:
A los 6 meses, se reducen los catarros, los resfríos, las bronquitis y las molestias de garganta.
1 año después: se reduce a la mitad el riesgo de infarto y es menor el riesgo de trombosis o embolias cerebrales.
3 o 4 años después: el riesgo de padecer enfermedades del corazón se equipara al de los que nunca fumaron.
10 años después: el riesgo de padecer cáncer de pulmón se iguala al de los no fumadores. Lo mismo sucede con el riesgo de un accidente cerebro vascular.
10-15 años después: el riesgo de muerte del ex-fumador llega a equipararse al del no fumador.
Los hombres y mujeres que dejan de fumar entre los 35 y los 39 años de edad ganan entre 5.1 y 3.2 años más de expectativa de vida.
Además, dejar de fumar : Disminuye el riesgo de cáncer de laringe entre 25-50% en comparación con el fumador habitual. Algunos estudios también muestran que se reduce el riesgo de otros tipos de cáncer, como el de cervix, vejiga, esófago, boca y páncreas.
Reduce 20% los días perdidos por enfermedad y un 33% las visitas al médico.
EN LA MUJER:
Si una mujer embarazada deja de fumar durante los primeros tres meses de gestación, el riesgo de bajo peso al nacer del bebé se equipara con el de una madre no fumadora.
Reduce el adelanto de la menopausia, que en las fumadoras es de 1 a 2 años, a sólo 6 meses o menos.
También mejora la salud de los demás: Respirar humo de tabaco afecta la salud de los que no fuman: entre otras cosas, aumenta un 30% el riesgo de infarto y de cáncer de pulmón en los no fumadores. Los niños también sufren las consecuencias: está demostrado que los que viven en hogares donde se fuma padecen tos crónica, disminución de la capacidad de sus pulmones, y tienen más episodios de asma, bronquitis, neumonía y otitis.
Estos riesgos desaparecen al dejar de fumar.